El sábado, el puertorriqueño hizo una fiesta con el público tico. Lo provocó, lo hizo descargar una oleada de piropos y deseos reprimidos, logró que disfrutara de un espectáculo de canto y baile y, al final, lo dejó queriendo más, tras una hora y media de concierto y 19 temas interpretados.
Colomba Sancho no se inmutó por el frío ni la lluvia que acompañaron la noche del sábado. Enfundada en una armadura conformada por un par de abrigos, guantes y bufanda, llegó, con sus 94 años, al Estadio Ricardo Saprissa para dejarse entretener por Chayanne. Y lo logró.
“Lo vi desde pequeño, siempre me gustó en el grupo (Los Chicos) y cuando se quedó solo. Más que sus canciones, me encanta lo hábil que es en el baile, su cuerpo (...), su todo”, dijo Sancho, quien se sentó en el área VIP, junto a una hija y, si bien no gritó o bailó –como lo hizo la mayoría del público–, disfrutó de ver a su ídolo en un espectáculo de canto y baile, que encendió el estadio por hora y media.
Quienes se dieron cita en Tibás, recibieron una presentación en la que se alternó, por igual, la más esencial balada pop con agitadas canciones de inspiración latina.
Una locura. Como si se tratara de un embrujo, Chayanne nuevamente enloqueció a un séquito de mujeres (claro que también hubo presencia masculina), quienes no se guardaron piropos, frases hechas para los gritos y obscenidades que, con cada movimiento o gesto del cantante de 41 años, fluían a través del fuerte viento que sopló en el lugar.
Sin duda, Chayanne tiene parte de culpa de tal histeria femenina. Como si no hubiese sido suficiente empezar su recorrido musical –a las 9 p. m.– con sugestivas canciones como Provócame y Lola, el intérprete se dejó decir: “Pueden hacer en esta noche lo que quieran (...)”. Sin duda, las fanáticas aceptaron, gustosas, la invitación.
La gente gritó, y mucho. Lo hizo cuando Chayanne preguntaba “seguimos”; si hacía un paso de baile; si una de sus dos bailarinas le rozaba el cuerpo; si lanzaba un beso; cuando se cambiaba de vestuario (lo cual sumo cinco ocasiones); si comenzaba a cantar una canción; cuando la terminaba; si se agachaba o, simplemente, cuando daba la espalda a los presentes. ¡Siempre gritaron!
No cabe duda, para las ticas Chayanne ha sido y será un espectáculo en sí mismo.
Si del show se trata, el nuevo tourNo hay imposibles dista poco o nada de los que anteriormente trajo al país, según comentaron algunas asistentes al final del concierto.
Lo nuevo es que con el pasar de los años y, disco tras disco, Chayanne suma nuevas piezas al repertorio, que incluyó en este espectáculo.
Así desfilaron Si no estás o Me enamoré de ti. Pero las que el público coreó hasta las comas fueron sus clásicos Y tu te vas, Guajira, Atado a tu amor, Baila baila, Dejaría todo, Salomé, Un siglo sin ti y esa innumerable cantidad de temas que Chayanne lleva 20 años ubicando en las radios.
Transcurrió el tiempo y, a las 10 p. m., los acordes del piano dieron comienzo al éxito Tiempo de vals, tema con el que el artista está presente en bodas o quinceaños.
Antes de decir adiós, y sin que se escuchara una sola pieza más del conocido zarpe, el fornido artista se lanzó al ruedo con su última faena: Torero. El tema sacó la última coreografía de la noche y a como comenzó se acabó, ni una letra más ni una menos.
Una vez que el estadio comenzó a ser abandonado, no faltó alguna seguidora que se quejara por no haber escuchado un tema más. Otras prefirieron dejarse enganchar por los vendedores informales que, incluso, ofrecieron algodones de azúcar “con sabor a Chayanne”.
Sin duda, una dulce opción para dejar el apetito por el artista satisfecho.
Colomba Sancho no se inmutó por el frío ni la lluvia que acompañaron la noche del sábado. Enfundada en una armadura conformada por un par de abrigos, guantes y bufanda, llegó, con sus 94 años, al Estadio Ricardo Saprissa para dejarse entretener por Chayanne. Y lo logró.
“Lo vi desde pequeño, siempre me gustó en el grupo (Los Chicos) y cuando se quedó solo. Más que sus canciones, me encanta lo hábil que es en el baile, su cuerpo (...), su todo”, dijo Sancho, quien se sentó en el área VIP, junto a una hija y, si bien no gritó o bailó –como lo hizo la mayoría del público–, disfrutó de ver a su ídolo en un espectáculo de canto y baile, que encendió el estadio por hora y media.
Quienes se dieron cita en Tibás, recibieron una presentación en la que se alternó, por igual, la más esencial balada pop con agitadas canciones de inspiración latina.
Una locura. Como si se tratara de un embrujo, Chayanne nuevamente enloqueció a un séquito de mujeres (claro que también hubo presencia masculina), quienes no se guardaron piropos, frases hechas para los gritos y obscenidades que, con cada movimiento o gesto del cantante de 41 años, fluían a través del fuerte viento que sopló en el lugar.
Sin duda, Chayanne tiene parte de culpa de tal histeria femenina. Como si no hubiese sido suficiente empezar su recorrido musical –a las 9 p. m.– con sugestivas canciones como Provócame y Lola, el intérprete se dejó decir: “Pueden hacer en esta noche lo que quieran (...)”. Sin duda, las fanáticas aceptaron, gustosas, la invitación.
La gente gritó, y mucho. Lo hizo cuando Chayanne preguntaba “seguimos”; si hacía un paso de baile; si una de sus dos bailarinas le rozaba el cuerpo; si lanzaba un beso; cuando se cambiaba de vestuario (lo cual sumo cinco ocasiones); si comenzaba a cantar una canción; cuando la terminaba; si se agachaba o, simplemente, cuando daba la espalda a los presentes. ¡Siempre gritaron!
No cabe duda, para las ticas Chayanne ha sido y será un espectáculo en sí mismo.
Si del show se trata, el nuevo tourNo hay imposibles dista poco o nada de los que anteriormente trajo al país, según comentaron algunas asistentes al final del concierto.
Lo nuevo es que con el pasar de los años y, disco tras disco, Chayanne suma nuevas piezas al repertorio, que incluyó en este espectáculo.
Así desfilaron Si no estás o Me enamoré de ti. Pero las que el público coreó hasta las comas fueron sus clásicos Y tu te vas, Guajira, Atado a tu amor, Baila baila, Dejaría todo, Salomé, Un siglo sin ti y esa innumerable cantidad de temas que Chayanne lleva 20 años ubicando en las radios.
Transcurrió el tiempo y, a las 10 p. m., los acordes del piano dieron comienzo al éxito Tiempo de vals, tema con el que el artista está presente en bodas o quinceaños.
Antes de decir adiós, y sin que se escuchara una sola pieza más del conocido zarpe, el fornido artista se lanzó al ruedo con su última faena: Torero. El tema sacó la última coreografía de la noche y a como comenzó se acabó, ni una letra más ni una menos.
Una vez que el estadio comenzó a ser abandonado, no faltó alguna seguidora que se quejara por no haber escuchado un tema más. Otras prefirieron dejarse enganchar por los vendedores informales que, incluso, ofrecieron algodones de azúcar “con sabor a Chayanne”.
Sin duda, una dulce opción para dejar el apetito por el artista satisfecho.
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