"Soy una hoguera que despide fuego", confesó Chayanne en Argentina, además de revelar otras intimidades sobre el "gato", como llama a su mujer, sus impulsos metrosexuales y las cinco horas que demora en las relaciones íntimas.
La charla comenzó centrándose en su carrera artística, pero luego de disimular con un par de preguntas relativas a su música, el entrevistador se lanzó a satisfacer su curiosidad sobre mujeres, esposas, sexo, fans y otras cuestiones relacionadas.
Sobre su mujer Marilisa Marronesse, que fue finalista de Miss Venezuela 1988 y con quien tiene dos hijos, afirma que "me gusta todo de ella, cómo habla, cómo ríe, cómo siente". Un poco más explícito, aclara: "Quisiera comerla toda, y cada vez que la tengo entera me entrego en cuerpo y alma".
En la intimidad Chayanne llama a su mujer el "gato", un apodo que por el bien de su esposa es mejor que no empiece a popularizarse fuera de su círculo cercano. Aclara que ella sería la única y última persona en la lista de mujeres con la que haría el amor si el mundo se acabase mañana.
De todos modos, recuerda la lista de piropos que le dedican en todas partes del mundo: "En Argentina me gritan ¡potro!, en otras partes ¡Chulo!, en España algo que no me animo a decir, que lleva la mala palabra que más me gusta: "coño". Pero no hay como el ¡Ay papito, qué rico!, ya un clásico universal".
Chayanne es un metrosexual confeso. "Tengo un equipo de unas ocho personas que está pendiente por mí de eso: estilistas, asesores de imagen, maquilladores, vestuaristas", aclara.
"Cada vez que visito una ciudad, se me va la atención en mi terrible debilidad: los zapatos. Tengo cientos de pares. Me cuido con la alimentación balanceada, bebo varios litros de agua por día y además de las rutinas en el gym, me someto a los ensayos y el trajín que insumen los viajes. Para quien quiera adelgazar, propongo acompañarme en alguna de mis giras. Y claro, soy caribeño, adoro estar bronceado. Cuando puedo tomo sol y alguna que otra crema dejo que me echen encima", confiesa. A su vez, aclara que "duerme desnudo y con algo de perfume, a lo Marilyn Monroe".
Sobre el sexo, Chayanne se explaya con tiempo, tanto oralmente (es decir, en la entrevista) como en la práctica, al parecer. "Como amante entendí la importancia de dar placer. Y me alegra saber que cada vez lo hago mejor. En la cama lucho por que la otra persona disfrute". Por si fuera poco, no tolera bien la abstinencia sexual. El máximo tolerable es de "ocho días, o cinco tal vez tres. Pueden pasar algunos días, pero me aseguro de tener agua bien fría en la ducha. Trato de evitar el jacuzzi en esos casos".
En un acceso de fanfarronería o de sorprendente sinceridad, Chayanne confiesa el tiempo que le dedica a los momentos íntimos. "Siempre hasta la última gota de sudor, que en algún encuentro ha llegado recién después de cinco horas Hacer el amor por las tardes hasta la madrugada me resulta más rendidor que comenzar por la mañana. Porque es en los anocheceres donde se despierta la magia y todo comienza a ponerse bonito".
"Cuando se rompe el hielo, es como empezar el show. Soy una hoguera que despide fuego cuando estoy con alguien. Suelo entregarme a pleno y la energía se convierte en un halo durante el encuentro", aclara Chayanne, místico y piromaníaco a la vez.
También comentó que su fantasía incluye a Michelle Pfeiffer y Kim Basinger, y que el lugar menos convencional donde hizo el amor fue "en el agua, y no lo recomiendo. ¿Y quién no lo ha hecho en un carro?, ese nerviosismo es tan clásico como único".
La charla comenzó centrándose en su carrera artística, pero luego de disimular con un par de preguntas relativas a su música, el entrevistador se lanzó a satisfacer su curiosidad sobre mujeres, esposas, sexo, fans y otras cuestiones relacionadas.
Sobre su mujer Marilisa Marronesse, que fue finalista de Miss Venezuela 1988 y con quien tiene dos hijos, afirma que "me gusta todo de ella, cómo habla, cómo ríe, cómo siente". Un poco más explícito, aclara: "Quisiera comerla toda, y cada vez que la tengo entera me entrego en cuerpo y alma".
En la intimidad Chayanne llama a su mujer el "gato", un apodo que por el bien de su esposa es mejor que no empiece a popularizarse fuera de su círculo cercano. Aclara que ella sería la única y última persona en la lista de mujeres con la que haría el amor si el mundo se acabase mañana.
De todos modos, recuerda la lista de piropos que le dedican en todas partes del mundo: "En Argentina me gritan ¡potro!, en otras partes ¡Chulo!, en España algo que no me animo a decir, que lleva la mala palabra que más me gusta: "coño". Pero no hay como el ¡Ay papito, qué rico!, ya un clásico universal".
Chayanne es un metrosexual confeso. "Tengo un equipo de unas ocho personas que está pendiente por mí de eso: estilistas, asesores de imagen, maquilladores, vestuaristas", aclara.
"Cada vez que visito una ciudad, se me va la atención en mi terrible debilidad: los zapatos. Tengo cientos de pares. Me cuido con la alimentación balanceada, bebo varios litros de agua por día y además de las rutinas en el gym, me someto a los ensayos y el trajín que insumen los viajes. Para quien quiera adelgazar, propongo acompañarme en alguna de mis giras. Y claro, soy caribeño, adoro estar bronceado. Cuando puedo tomo sol y alguna que otra crema dejo que me echen encima", confiesa. A su vez, aclara que "duerme desnudo y con algo de perfume, a lo Marilyn Monroe".
Sobre el sexo, Chayanne se explaya con tiempo, tanto oralmente (es decir, en la entrevista) como en la práctica, al parecer. "Como amante entendí la importancia de dar placer. Y me alegra saber que cada vez lo hago mejor. En la cama lucho por que la otra persona disfrute". Por si fuera poco, no tolera bien la abstinencia sexual. El máximo tolerable es de "ocho días, o cinco tal vez tres. Pueden pasar algunos días, pero me aseguro de tener agua bien fría en la ducha. Trato de evitar el jacuzzi en esos casos".
En un acceso de fanfarronería o de sorprendente sinceridad, Chayanne confiesa el tiempo que le dedica a los momentos íntimos. "Siempre hasta la última gota de sudor, que en algún encuentro ha llegado recién después de cinco horas Hacer el amor por las tardes hasta la madrugada me resulta más rendidor que comenzar por la mañana. Porque es en los anocheceres donde se despierta la magia y todo comienza a ponerse bonito".
"Cuando se rompe el hielo, es como empezar el show. Soy una hoguera que despide fuego cuando estoy con alguien. Suelo entregarme a pleno y la energía se convierte en un halo durante el encuentro", aclara Chayanne, místico y piromaníaco a la vez.
También comentó que su fantasía incluye a Michelle Pfeiffer y Kim Basinger, y que el lugar menos convencional donde hizo el amor fue "en el agua, y no lo recomiendo. ¿Y quién no lo ha hecho en un carro?, ese nerviosismo es tan clásico como único".